Tras los trámites de la frontera, empezamos nuestra ruta dirección al faro de Cabo Espartel. Fue el primero que se instaló en las costas marroquíes.
Pero el Cabo Espartel no puede considerarse sólo un cabo más. Es el lugar donde se une el mar Mediterráneo con el Océano Atlántico. Pese a que, generalmente, se dice que la unión se produce en toda el área del Estrecho de Gibraltar, el Cabo Espartel sería el lugar exacto donde se funden ambas aguas. Y, debido a la diferencia de densidad de cada una de las masas de agua, es posible apreciar el lugar donde el mar se convierte en océano.
A tan solo 40 km podremos visitar el pueblo de Asilah, que también formó parte del protectorado español en Marruecos, hasta su independencia de este país en 1956.
Una vez a rumbo hacia Rabat, haremos un alto en el camino en la ciudad de Larache, ciudad de la que es ejemplo claro de lo que fue el Protectorado Español en Marruecos, ya que alberga numerosas huellas de su pasado español.
Etapa de tránsito hasta llegar a la ciudad de Al Jadida, donde podremos disfrutar de la visita a la Cisterna Portuguesa, así como su fortaleza. Ciudad construida en 1502 y considerada Patrimonio munDíal por la UNESCO con el nombre de "Ciudad Portuguesa del Mazagão". No sin antes hacer un alto en el camino en Casablanca, para visitar la Mezquita de Hassan II, siendo la segunda más grande del mundo después de la mezquita de La Meca. Por el contrario, tiene el minarete más alto del mundo, con sus 200m de alto. Esta arquitectura tan maravillosa fue construida sobre el agua y se alza frente al Océano Atlántico ofreciendo su silueta digna de admiración.
Tan solo nos separan 200 km de Marrakech, puerta del Sur por excelencia. Por ella han accedido caravanas de camellos, bereberes, tuareg y todas las razas que definen a un mercader y a un viajero. Y hoy en día, esa mezcla converge en uno de los rincones más variados del planeta, la plaza Jemaa el Fna, repleta de historia, magia y aventuras.
Hoy tendremos el día para visitar con nuestro guíaesta ciudad amurallada llena de palacios, jardines y mezquitas, también llamada la ciudad roja y en la que es casi una obligación perderse por la medina y regatear en el zoco. Es una ciudad que te ofrece increíbles atractivos.
Además de ver monumentos, la visita se centrará en sentir el gran ambiente que tiene la ciudad, el que encontrarás concentrado sobre todo en su famosa plaza Jemaa El Fna. Marrakech mantiene ese ambiente exótico que nos resulta tan atractivo a los europeos.
Y después de un generoso desayuno, ponemos rumbr a Essaouira, cualquier recorrido por esta ciudad comienza al cruzar una de las puertas de la medina, BabMarrakech, Bab el-Menzeh, BabDoukkala, BabSbaa… Una vez dentro de las murallas, lo mejor es perderse, recorrer sin rumbo las serpenteantes calles, fijarse en las desconchadas paredes y puertas de madera azul y observar el ir y venir de los habitantes de la ciudad. Disfrutar, en una palabra, de la vida de una de las medinas más tranquilas de Marruecos.
El paseo sin rumbo lleva sin remedio a alguna de las plazas de Essaouira, que nos recuerdan a algunos pueblos de la costa del sur de España, con sus naranjos y sus cafés. La plaza Moulay El Hassan es un buen lugar para hacer una parada antes de continuar el recorrido por la ciudad.
Una vez finalizado el paseo por Essaouira y después de haber comido su rico pescado, ponemos rumbo a donde la cordillera del Atlas llega al mar, donde se encuentra uno de los secretos mejor guardados de Marruecos, Agadir. Playa Atlántica, clima subtropical y desierto se juntan en esta ciudad de exóticos contrastes.
Agadir, cosmopolita capital turística de Marruecos, domina un amplio territorio que cuenta con muchos atractivos: playas extensas, el estuario del río Oued Massa con reservas de flamencos rosas y mirlos negros, bosques de arganes, kasbahs doradas colgadas del Anti-Atlas, las llanuras del Sous con sus plantaciones aromáticas de lavanda y romero.
Desde Agadir a Sidi Ifni la carretera que atraviesa el parque nacional de Sous Massa es estrecha, revirada y pasa por pequeñas aldeas de casas bajas y ropa tendida, la ruta asciende por unas colinas que verdean aquí y allá y de pronto aparece la villa de Sidi Ifni. Es más que una pintoresca localidad marroquí, fue el breve sueño de una ciudad española en África. Fundada por los españoles en 1934 y entregada a Marruecos en 1969.Sidi Ifni es una especie de fin del mundo.
A nuestro paso, tenemos parada obligatoria en la famosa playa de Legzira, a 20 km de la playa de Mirlef y a 11 km al norte de la ciudad de Sidi Ifni. Es un monumento natural, donde destacan los arcos de roca de areniscas de color rojo y de tamaño espectacular.
A nuestro regreso de nuevo a Agadir, haremos un alto en la ruta para visitar TIZNIT, ciudad conocida en Marruecos por su de artesanía de joyas en plata.
Aunque nuestro objetivo de hoy es la ciudad de Ouarzazate, empezamos nuestra ruta rumbo a Taliouine, para llegar a la tierra del azafrán, al centro africano del oro rojo, que se sitúa en una altiplanicie de las montañas del Anti-Atlas. Es llamativo ver las humildes casas, donde se concentra el cultivo del azafrán, la presencia de instrumentos como balanzas de precisión y tostadoras de azafrán.
Continuamos hacia Ait Ben Haddou, ciudad fortificada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1987, una de las kasbash mejor conservadas de Marruecos y donde se han rodado numerosas películas como Babel, La última tentación de Cristo, Asterix y Juego de Tronos entre otras.
Después de la experienciadel desayuno, y ya en ruta, haremos un alto en el camino, en el valle de las Rosas (KalaatM'Gouna), contraste de paisaje y colores verdes de los oasis y rojizos de sus tierras y Kasbash. Zona dedicada principalmente al cultivo de la rosa de Damasco para fines cosméticos.
De nuevo y después de visitar el valle, pondremos rumbo siguiendo la ruta de las 1000 kasbash hacia la tan esperada Garganta del Dades y sus famosas curvas reviradas. Desde éstas, continuaremos hasta las Gargantas del Todra en Tinerhir, una magnífica formación rocosa con desfiladeros de hasta 300 metros.Una vez finalizada esta visita, nos orientaremos hacia el que es el final de nuestro objetivo, las dunas del ErgChebbi, la ciudad de Merzouga.
Día de descanso. Después de un relajante desayuno, visitaremos la población. Comida en Merzouga para descansar un poco antes de realizar la excursión a las jaimas al atardecer, para poder contemplar y fotografiar la puesta de sol, saliendo hacia las éstas para pasar la noche en medio de las dunas, bajo un manto de estrellas. Cena y música tradicional bereber en el desierto de ErbChebbi.
Hoy toca una gran ruta. Sera una jornada larga. Almorzaremos en ruta y pondremos rumbo hacia nuestro destino, la ciudad Imperial de Fez, no sin antes hacer una parada en el majestuoso Valle del Ziz y su palmeral.
Descubriremos las montañas del Atlas medio donde exploraremos pequeños pueblos y un paisaje ondulado de bosques de Cedros y picos. Por un momento nos empaparemos de la sensación europea de Ifrane, a veces llamada la "pequeña Suiza" desde donde descenderemos a la ciudad bereber de Azrou para ver los monos que se encuentran en los bosques cercanos de árboles de Cedro.
Visitaremos con nuestro guía esta ciudad que no deja indiferente a nadie. Su medina, Patrimonio MunDíal de la Humanidad por la Unesco, auténtica donde las haya y con herencia de la cultura andaluza, judía y bereber. Reconocida como el área peatonal medieval más grande del mundo.
Ciudad Imperial cuyo origen se remonta al siglo VIII. Es también una de las primeras ciudades santas de culto musulmán en Marruecos y además, tiene el orgullo de albergar una de las universidades más antiguas del mundo, Cuando Fatima al-Fihri fundó la Universidad de Qarawiyyin en el año 859 después de Cristo, el mundo musulmán se hallaba al inicio de los cinco siglos que duró la Edad de Oro Islámica.
Hoy pondremos rumbo a Chefchaouen, lugar capaz de trasladarte a otro tiempo, en el que la prisa no está ni se la espera porque dicen que mata, y que trastoca tu ritmo y tus latidos del corazón lo quieras o no.
Como si de un pueblo andaluz se tratase, su carácter artesanal, el buen ambiente de sus gentes y el clima del que siempre goza la ciudad han hecho de Chefchaouen uno de esos pequeños paraísos naturales que te regalan una instantánea a cada paso que das.
Cuenta la leyenda que cuando los musulmanes fueron expulsados de la península, Catalina Fernández, una mujer de Vejer de la Frontera (Cádiz) casada con el Emir marroquí Sidi Ali Ben Rachid echaba tanto de menos el pueblo, que éste ordenó construir Chefchaouen a imagen y semejanza de Vejer.
No sin antes, visitar el sitio arqueológico que nos recuerda el paso de Roma por esta región, VOLUBILIS ( فولوبيليسWalili). Fundada en el Siglo III a.C., la ciudad de Volubilis, fue un importante puesto de avanzada militar del imperio Romano en el que se erigieron múltiples monumentos de gran belleza.
- Roadleader (guía en moto) | - Motocicleta y combustible |